sábado, 28 de diciembre de 2013

Estudios sobre hidratación y salud

El efecto diurético del alcohol está ampliamente demostrado. También lo está, que el grado de esta acción es proporcional a la cantidad de alcohol que una bebida contiene, por lo tanto a la hora de la rehidratación, el consumo de alcohol debería ser evitado, aunque según los autores de este artículo hay pocos estudios que así lo demuestran. Basándose en esta teoría, el estudio se diseña con el fin de determinar si el alcohol ejerce una influencia diurética cuando lo consumen sujetos en un estado deficiente de agua y electrolitos inducido por ejercicio en un ambiente de calor y humedad.

Se menciona que es necesario consumir un volumen de fluidos mayor que el volumen perdido por le sudor. De acuerdo al equipo investigador, no es usual consumir grandes cantidades de bebidas comunes como té, café, agua o bebidas refrescantes en un periodo de tiempo corto. En cambio sí que es probable que se consuman grandes volúmenes de cerveza en un periodo de tiempo corto, lo cual juega en su favor a la hora de re-hidratar.

La mayoría de las cervezas tienen una baja concentración de electrolitos, lo que no hará posible alcanzar la rehidratación como lo haría otro tipo de solución preparada para ello. 

Se estudió a 6 hombres y se les sometió a ejercicio físico. Las bebidas que se les ofrecieron a posteriori fueron una cerveza sin alcohol y una bebida con la misma base sin alcohol que la anterior, pero con distintas porcentajes de alcohol incluidos.

De los resultados obtenidos se dedujo que la adición de alcohol a las bebidas ingeridas después de una deshidratación inducida tiene una tendencia a promover un aumento de la orina en relación a la producida después de consumir una bebida sin alcohol con idéntica composición.



Shirreffs SM, Maughan RJ. Restoration of fluid balance after exercise-induced dehydration: effects of alcohol consumption

lunes, 9 de diciembre de 2013

Efecto de la Glucosa y Fructosa sobre la Resíntesis de Glucógeno

La glucosa y la fructosa son metabolizadas en forma diferente. Estas sustancias tienen diferentes tasas de vaciamiento gástrico, y son absorbidas en la sangre a diferentes tasas. Además, la respuesta de la insulina al suplemento con glucosa es generalmente mucho mayor que la observada ante la administración de un suplemento de fructosa. Blom et al. observaron que la ingesta de glucosa y sucrosa fue el doble de efectiva que la de fructosa, para la restauración del glucógeno muscular. Los autores sugirieron que las diferencias entre la suplementación con glucosa y con fructosa fueron el resultado de la forma en que el cuerpo metabolizó estos azúcares. El metabolismo de la fructosa tiene lugar predominantemente en el hígado, mientras que la mayoría de la glucosa parece evitar el hígado, y ser absorbida u oxidada por el músculo. Se halló que cuando la fructosa es infundida produce una acumulación de glucógeno en el hígado, cuatro veces mayor que el de la glucosa. Por otro lado, se demostró que luego de la infusión de glucosa hubo una tasa de acumulación de glucógeno en el músculo esquelético, considerablemente más alta que luego de la infusión de fructosa.

Las tasas similares de acumulación de glucógeno con los suplementos de sucrosa y glucosa pueden no haber sido tenidas en cuenta por Blom et al. La sucrosa contiene cantidades equimolares de glucosa y fructosa. Si la acumulación de glucógeno muscular fue principalmente dependiente de la parte “glucosa” del disacárido, uno podría esperar una tasa de restitución de glucosa más baja con la sucrosa, que con una cantidad similar de glucosa. Una explicación posible provista por Blom et al. fue que la fructosa, en virtud de su rápido metabolismo en el hígado, comparada con el de la glucosa, inhibe el consumo de glucosa hepática post-ejercicio, liberándose por lo tanto, una gran proporción de glucosa absorbida, la que queda disponible para la resíntesis de glucógeno muscular.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Merluza con Champiñón y Aceitunas

Ingredientes:
  • 600 gr. filetes de merluza
  • 200 cc. vino blanco
  • 1 huevos duros
  • 1 cebolla pequeña
  • 200 gr. champignones
  • 8 aceitunas rellenas
  • 2 tomates peritas
  • 1 diente ajo
  • 2 cdas. aceite de oliva
  • 1 cda. hierbas aromáticas picada
  • C/s. sal y pimienta

Preparación
Limpiar y secar los filetes de merluza, previamente macerados en jugo de limón, al menos durante 10 minutos. A continuación, cocinar los filetes con el vasito de vino blanco y otro igual de agua, durante 15 minutos. Cortar la cebolla en trozos grandes, las aceitunas en rodajas, los tomates en dos y picar el ajo. En una cazuela dorar la cebolla con el rocio vegetal y seguidamente añadir los ingredientes anteriores, junto a los champiñones y hierbas aromáticas. Incorporar el huevo duro picado con un poco de caldo de cocción del pescado, y dejar cocinar durante 45 minutos aproximadamente. Salpimentar. Escurrir los filetes de pescado, colocarlos en una fuente de servir, cubrirlos con la salsa y espolvorear el perejil picado.
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